PAULA BOTTERO ACUÑA, EXCELENCIA EN VINOS DE AUTOR

Conocida por sus vinos de alta gama. Apuesta por  ofrecer como diferencial vinos de autor. Bottero Wines comprende un exclusivo porfolio de vinos de una gran personalidad. Como ella.

La enología le llegó a Paula cuando estaba en la universidad en tercer año de Agronomía. “Me llegó como un regalo”, dice. Y es que ella quería estudiar odontología; algo científico, biología, química. No quedó en ninguno, entonces postuló a Agronomía; fue cuando empezó a estudiar las materias de Enología que descubrió que esta era una carrera fascinante. “Se aproximaba a lo científico que tanto me gustaba”, señala.

Tras años consolidando su peso profesional, hoy la pasión por la excelencia mueve a la enóloga a lograr mezclas de excepción en sus 3 líneas de vinos de autor Bottero Wines: Bottero Anónimo; Bottero Capicua y Bottero Mestizo. Paula los define como, “vinos de alta gama, estructurados, potentes y de taninos suaves”. Y en la línea de vinos de autor, también se ocupa de otros dos proyectos propios: Newines, con 2 líneas: Tres S y Cellarius. Y más recientemente la creación de Sinzero, un innovador vino sin alcohol. Todo mientras brinda asesoría técnica a algunas bodegas en Chile.

Paula Bottero tiene hoy 22 años de experiencia trabajando en la industria vitivinícola chilena. Después de 1 año en California’s St Francis Winery, Estados Unidos, trabajó 10 años en la Viña Undurraga en espumantes y vinos, destacándose en tintos de altos grados como Altazor. En 2006, asumió como enóloga jefe y gerente de campo para Bodega Los Robles, en Curicó. Chilean Vineyard fue lo siguiente, encargándose con excelentes resultados de los vinos Fair Trade para los mercados de Inglaterra y Alemania.

 

CON TALENTO Y PERSEVERANCIA

 

Hoy después de 10 años en Curicó, más que un cambio de trabajo, lo ve como un cambio de vida. Paula, 44 años, casada con Francisco Lezcano, Ingeniero Agrónomo. La pareja tiene 3 hijos: Clemente, 12; Rebeca, 9 y Agustina, 6 años. Paula agradece la generosidad de sus abuelos maternos, quienes se sumaron a la partida desde Santiago. “Se vinieron a vivir con nosotros y su compañía para los niños ha sido inmensa. Francisco trabaja en su profesión y yo los dos primeros años en Curicó los pasé entre viajes a Estados Unidos, Inglaterra y Francia”. Paula y su marido se conocen desde que eran compañeros de Universidad en Agronomía.

Hoy cree que su historia personal y profesional está repleta de felices coincidencias. Pero cuando su historia se observa de cerca, hay mucho de su talento y perseverancia. Prueba es que cuando llegó el tiempo de hacer la práctica de su carrera, sin conocer a nadie en Viña Undurraga, fue a pedir que la aceptaran y estuvo siete meses llamando y yendo a la bodega. De tanto insistir un día la recibió Hernán Amenábar, el enólogo jefe. Era febrero del ’96, y empezó a trabajar con Francisco Valdivieso, gerente agrícola del Fundo Santa Ana, Talagante. “Con la suerte que ese era el mejor viñedo que Undurraga tenía”, cuenta. Allí admite haber aprendido bastante, pero no era lo que más le gustaba. Ella quería ir a la bodega. “Un día se lo dije a Valdivieso y me aceptó hablar con Amenábar”. Estar en la bodega lo recuerda como “fascinante, entretenido, donde cada día aprendía más”, dice.

Al año siguiente la práctica consistía en Control de Calidad. Amenábar la aconsejó que hiciera en frutas en David del Curto, en Calera de Tango. Cuando llegó la vendimia volvió a Undurraga. Al año siguiente también y cuando hizo la tesis también. Una oportunidad distinta la llevó a trabajar como enóloga en California’s St Francis Winery, Estados Unidos, al regreso Undurraga la contrató, enóloga asistente de Amenábar. “Diez años trabajé en Undurraga. Aprendí todo lo que sé. Fue mi escuela. Hice desde el vino más barato hasta el más ícono”. No obstante empezó a sentir que era una etapa cumplida. Un headhunter la contactó para lo que vendría: Curicó y Viña San Pedro. “Fue un trabajo espectacular hicimos grandes cambios; me permitió además conocer todos los Valles de Curicó”.  Después de dos años, Concha y Toro hizo una propuesta de compra a San Pedro y el directorio la aceptó.

Concha y Toro le propuso continuidad pero no aceptó, sí aceptó la propuesta para la gerencia de producción de Chilean Vineyard. “Mi experiencia en Fair Trade en Los Robles me resultó muy valiosa”, señala. Seis años estuvo en esta vitivinícola de origen sudafricano, cuando el deseo de hacer su vinos propios se transformó en una constante.

 

Proponer y expresar vinos distintos

Con Juan Francisco Sotta, ingeniero comercial,  en 2011 armaron Bottero Wines, cuando llegó el momento de hacer el aporte de capital, que no tenía, sus padres se lo ofrecieron como un regalo, “con una condición, dice Paula y se rie. Que fuera fructífero. Por lo menos mantente”, sentenció su padre. Hoy exporta vinos premium con creciente éxito para los mercados de Asia: China, Vietnam y Tailandia. Europa: Dinamarca, Luxemburgo y Bélgica y también Estados Unidos; mientras sus planes de exportación de Bottero Wines la sitúan adportas de entregar a Brasil y con deseos de explorar los mercados de India y de continuar extendiéndose en Asia.Todo, mientras en paralelo armó otra empresa para crear sus vinos Newines.

 

¿Qué caracteriza los vinos Bottero Wines de otras propuestas del mercado?

Elaboramos sólo vinos de alta gama, nuestras etiquetas son dibujos en acuarela, que expresan características de cada uno. 1.-Anónimo, Valle del Maipo. Un vino top de línea. Mi vino ícono. Un ensamble de Cabernet Sauvignon, Carmenere y Syrah. Color rojo cereza profundo, nariz elegante, potente con taninos suaves y sedosos. Su etiqueta un campesino frente al viñedo, da el nombre a este vino, “nadie lo conoce pero se encarga de lo importante”, dice. 2.-Capicúa, Valle Cachapoal. “Dos vinos con iguales bases que cambian porcentajes de ensamble lo que da vinos muy distintos”. Uno es Cabernet Sauvignon, 88%; Carmenere 6% y Syrah, 6%. Un vino estructurado, complejo en nariz de buen color. El otro Capicúa es Syrah, 88% ; Cabernet Sauvignon, 6% y Carmenere, 6%.  “Aquí el Syrah produce un vino de matices violáceos, más floral. Su etiqueta  son dos ancianos, que es el mismo pero en distinto color. 3.- Mestizo, Valle del Maipo. El único varietal en Cabernet Sauvignon, aunque pasado por orujo de Pinot Noir para darle cierta delicadeza. En nariz tiene algo de cherry. Su etiqueta es un caballo que simboliza el Cabernet Sauvignon, musculoso, estructurado y un pavo real, elegante, simboliza el Pinot Noir.

 

¿Cuál es tu proceso de elaboración?

Tengo mis proveedores de vinos que ya saben qué es lo que compro, qué es lo que busco y cómo quiero que lo hagan. Estos vinos los compro año a año para mantener una consistencia en el tiempo. Selecciono y hago mis propias mezclas. Embotello y guardo mínimo seis meses a un año, después los saco al mercado.

 

Háblame de climas y suelos del Valle del Maipo y Cachapoal y cómo se expresa en tu producción de vinos.

Los vinos de Bottero Wines están elaborados con frutas de estos dos valles por razones bien concretas. Maipo produce excelente Cabernet Sauvignon. Vinos señoriales, complejos, de buena boca, nariz terrosa. Bottero Wines Mestizo, es Maipo Cordillera, piedra, suelos aluviales. Clima caluroso de día y mañanas y tardes muy frías. Este gradiente hace que la maduración sea de taninos suaves y grado alcohólico más alto.

Cachapoal también es cordillera, harta piedra, suelos más aluviales. Clima con bastante gradiente en temperaturas día y noche. Cachapoal un poco más frío que Maipo, alcanza temperaturas 32 grados pero menos días al año. Gran productor de fruta, buena estructura. Se obtienen vinos frutales, cereza, ciruela.

Y en climas y suelos del Valle de Curicó y cómo se expresan en la producción de vinos de la zona.

Me encanta el Valle de Curicó. Con mi trabajo en Los Robles descubrí toda la zona, valles, costa y zonas interiores; como Sagrada Familia, productora de excelentes cepas tintas. Caluroso y marcadas diferencias de temperaturas entre día y noche. Gran riqueza de suelos, si se mantienen espalderas bien manejadas se obtiene muy buenos vinos varietales y reservas, hasta muy buenos gran reserva. Hacia Majadilla o hacia la costa, camino a Iloca, Licantén, Vichuquén se produce excelente Syrah. En los Valles de Curicó hay todavía mucho por hacer.

 

Vinos Newines y Sinzero

También para su etiqueta de vinos Newines, Paula ha buscado el mejor terroir, uvas y vinos para lograr el mejor producto. Tres S, ensamblaje Cabernet Sauvignon, Syrah y Cabernet Franc; y Cellarius, de aroma intenso, muy frutal y color rojo intenso. Su vino Sinzero, un vino desalcoholizado, perfecto para aperitivo, ensaladas y quesos. “Fue una propuesta que recibí, busqué referencias, y lo logré. El primer año hicimos mil litros; después 3 mil y ahora 5 mil litros. El mercado chileno lo ha recibido súper bien”, señala. Y lo suyo no queda hasta ahí. Paula cuenta que ahora su desafío es crear otra línea. “Una etiqueta nueva para Bottero Wines. Trabajo en eso y en abrir nuevos mercados”.

 

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